La flexibilidad de la zona de confort y el impacto en los que te rodean
Es curioso. Me cuesta menos tener que hablar delante de 500 personas en directo que tocar el timbre de los vecinos con mi peque para invitarlos a la fiesta de su cumpleaños. Parece una estupidez pero esta vez no he intentado negociar con mi mujer para que vaya ella (como siempre). He querido obligarme a salir de la zona de confort.
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La zona de confort es un espacio que es flexible y se encoje con el tiempo si dejas de moverte en el borde de la misma. De repente te das cuenta que cosas que antes no te costaban ahora requieren otra vez un esfuerzo. Es como cuando dejas de salir a correr durante un tiempo y luego intentas a realizar el recorrido de siempre. Te va a costar mucho más de lo normal.
Es relativamente fácil salir de la zona de confort en un campo que te gusta (p.ej. practicando tu deporte favorito). Es bastante más complicado hacer lo mismo en situaciones donde con poco ya te sientes molesto y quieres retroceder. El típico “si quieres, puedes” aquí no siempre sirve si no tienes razones de peso (p.ej. problemas de salud, generar ingresos para tu familia, etc.).
Con el paso de los años todo cuesta más. No se trata únicamente de habilidades puramente físicas. También tus capacidades mentales van empeorando. Pierdes la fuerza de voluntad de luchar contra la zona de confort. Hay que entrenar tanto el cuerpo como la mente y la capacidad de sufrimiento.
¿Para qué tanto sufrimiento? Una de las peores cosas que te pueden ocurrir en la vida es que nadie te eche de menos cuando ya no estés. Superarte significa ser más feliz porque te das cuenta que puedes conseguir cosas que antes de empezar te parecían increíblemente difíciles. Tu estado de ánimo deja huellas en las personas que te rodean. Sirven como ejemplo para inspirar a tus seres queridos. Si él o ella lo consigue, yo también puedo. Si tú estás bien, ellos estarán un poco mejor. Cuando tú estés mal, ellos sufrirán contigo.
La mejor razón para salir de la zona de confort es que no lo haces únicamente para ti. Hay personas más importantes que tú mismo. Tus padres, tus hijos, tu pareja, tus amigos, etc. Cuando te des cuenta que acabas de salir de la zona de confort, no retrocedas. Imagínate que ellos están detrás de ti observándote y animándote para avanzar.
Source: Marketing de Guerrillas